Siento
como si hubiera una barrera protectora de hielo en mi cerebro, que separa mi consciente de mi subconsciente.
Nunca dejo de bucear en las profundidades de mi mente. Pero en puntas de pie, sobre la superficie, mirando hacia abajo, el abismo me intriga.
Quiero volver allí, a ese lugar tan terriblemente familiar, un lugar donde solía vivir por días, semanas, meses y en un momento, envolviéndome en las cosas que crecen ahí abajo, me hundía más y más, flotando en las embriagantes y peligrosas aguas de mi mente. Era tan profunda que podía sentir mi alma.
Pensé que me estaba acercando al fondo de todo esto, pero era demasiado para mí, mis oídos comenzaron a palpitar, mis ojos se abrieron, mis pulmones gritaron.
Fue aterrador.
Quería salir a la superficie, ir a la seguridad de la poca profundidad, aliviada de volver a respirar.
Había estado tan cerca.
Y aprendí a mantenerme alejada de las profundidades a las que soy tan atraída, es más seguro quedarse en la superficie. Tal vez podría intentar poniendo un dedo del pie en una grieta en el hielo, pero nada más.
Estaría mintiendo si dijera que no se pierde ese lugar, mi alma quiere eso y duele.. quiero sentir todo de nuevo. Quiero llegar a ese lugar antes de que sea demasiado. Quiero estirar las piernas hasta sentir que se salgan de mi cuerpo, quiero volver a aquel lugar profundo y oscuro, donde capas impredecibles amenazaron con tragarme.
Tiempo y tiempo otra vez.

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