Para ese entonces yo estaba hablando mucho y me preguntaba cómo serían las cosas en el tiempo...
Vos como queriendo callarme con tus manos tomaste las mías y me tapaste los ojos y parte de los oídos, y me susurraste con una voz muy dulce que así sería:
Estaremos completamente a merced del propio destino, de según el miedo que nos dé, y de cuan desorientados nos deje el no escuchar, así me dijiste que sería.
Y me preguntaste si estaba dispuesta, si era capaz de hacerlo y asentí con la cabeza, pero lo que más me desconcertó fue que jamás escuchaste mi respuesta..

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